La reutilización en arquitectura no es un fenómeno nuevo. La construcción tradicional en piedra y madera ha sido, y es, un ejemplo de la reutilización directa de los elementos constructivos: piedras labradas y vigas de madera siguen siendo en muchos pueblos materiales muy preciados. Muchas construcciones, entre las cuales la más célebre es la mezquita-catedral de Córdoba (España),

son un excelente ejemplo de la reutilización de elementos pertenecientes a otros edificios: toda una muestra de falta de prejuicios y adelanto de cuestiones presentes en el proyecto contemporáneo. La construcción edificatoria es la actividad humana que mayor gasto energético y residuo genera. Por tanto, es lógico pensar en la construcción con elementos prefabricados que permiten un mayor grado de reutilización.
En la actualidad, el tipo de construcción in situ más extendido es el que usa el ladrillo y el hormigón. Es posible el reciclaje del escombro para hacer zahorras o grava para carreteras, pero no es válido para elementos de carga u hormigón armado. Esto es así en el mejor de los supuestos, ya que muchas de las pequeñas obras de reforma van a dar con sus escombros en pequeños vertederos descontrolados.
Erre que erre
La famosa regla de las tres erres, propuesta por el movimiento ecologista hace varias décadas, propugnaba la reducción, la reutilización y el reciclaje en ese orden de prioridad. Simplificaba, con una regla nemotécnica, los diferentes métodos para que no siguieran proliferando los residuos y se diera paso a un consumo más responsable. Existen otras erres que acompañan a estas tres como son, por ejemplo, la reparación, la recuperación y la rehabilitación. Muchos de los esfuerzos de la industria, con la bandera del progreso y el desarrollo por delante, han sido encaminados a centrar el debate en el reciclado; en concreto, en el uso de objetos reciclables o de material reciclado. El objetivo principal es continuar produciendo para que la máquina nunca se detenga. De este modo hemos visto como muchos productos, en este caso consumibles asociados al sector de la alimentación, han pasado de tener formatos retornables a formatos reciclables. La publicidad nos sigue bombardeando con lo sublime del reciclaje y consigue convencernos de que un producto como el tetrabrick, compuesto por plástico, aluminio y cartón, es más verde y amigable que una botella reutlizable. Pero volvamos a la arquitectura. A la hora de construir con basura se pretende poner de nuevo en funcionamiento objetos preexsitentes.
Reutilización contra reciclaje
El reciclaje es un proceso por el cual se somete a un producto a un ciclo de tratamiento que lo reduce a sus componentes básicos para obtener una materia prima.
La reutilización consiste en la puesta en funcionamiento de elementos constructivos u objetos para su mismo uso u otro nuevo.
Ambos procesos requieren de un gasto de energía en el traslado de los materiales. El reciclaje necesitará además de energía extra para realizar su proceso de transformación. La reutilización evita este gasto pero se enfrenta a otros problemas: disponibilidad de los materiales, adecuación al proyecto, desmontaje y transporte.

Construir desde la reutilización obliga a modificar la manera de proyectar: se diseña a partir de lo que se tiene. Un proyecto podrá realizarse si se dispone de unos materiales, o bien a partir de un estudio de los residuos de la zona. Los arquitectos holandeses ‘2012 Architecten’ (Recyclicity) proponen como método de proyecto una investigación del entorno donde se construirá para encontrar los materiales de desecho que generen los comercios o industrias cercanas. El costo económico y energético de transportar materiales disponibles a muchos kilómetros de distancia descarta la viabilidad de su uso. La idea es reintroducir como materia prima el desecho pero con el menor costo energético posible.
A la hora de afrontar este tipo de proyectos casi siempre será mejor disponer de un material u objeto seriado, posiblemente un residuo de carácter industrial. El problema habitual a la hora de utilizar cualquier otro material encontrado en la calle o contenedor es su carácter incidental: podremos operar con él una vez pero no nos permitirá generar un sistema constructivo. Uno de los problemas habituales de muchas de las propuestas relacionadas con la reutilización es precisamente ese, la viabilidad en la repetición de las propuestas. Sin embargo, existen materiales casi ubicuos, y gratuitos en las sociedades desarrolladas e industrializadas, como pueden ser los palets, neumáticos de coche, lonas publicitarias y cartón que nos permiten construir soluciones-tipo repetibles en el mundo entero. Muchas veces trabajar con un sólo material produce las mejores soluciones. Así que es mejor pensar de ahora en adelante si todo eso que piensas botar, no puede tener un rehuso y puede servir como material para construir y tener un mejor futuro.
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